domingo, 1 de julio de 2012

Realismo. Capítulo I

Capitulo I: Recapacitemos  

Heladeras vacías, fantasmas que corren por ahí entran y salen de su cabeza. Pilas de tarea, el corazón en la sala de estar necesita descansar. El pecho pesa, engordo muchos kilos de tanto guardar angustias. La mochila de la responsabilidad esta que desvorda de libros equivocados, se equivocaron en la edad... Una silla, cuatro paredes y la mente que pesa. Lo extraño es que la mente ya no funciona, no analiza, no saca conclusiones simplemente esta ahí, se encuentra estática y pesa, todo pesa. Delante de ella cada vez mas fantasmas la rodean: el fantasma de la angustia la posee con esa cadena invisible, la observa. El pecho pesa, todo pesa. De repente nada tiene sentido, no grita no llora, no importa. Esta estática, tratando de entender pero no entiende nada. Ahogo, desesperación. Realidad: Llanto, contracturas, ira enojo, mas y más enojo, dudas existenciales y cada ves se siente más inútil.  No tiene ni idea de como seguir, solo ve fantasmas. El tiempo sigue, no la espera. Las agujas corren cada vez más rápido. El día se hace noche y la noche pesa, todo pesa. De repente se da cuenta de que esta escribiendo... escribe, pero no hay un "si" en todo el texto... Algo falta, algo se fue, algo se apago. Tal vez, solo tal vez sea bueno permitirse ahogar por un rato, sacarse la maldita armadura y mostrarse débil. Tal vez y solo tal vez mañana sea otro día. Tal vez y solo tal vez el mundo real me dice que no puedo simplemente ignorar el ahogo. Que no todo es tan fácil. Pero es como si abrieras el placard enorme de la vida y una pila de problemas cayéran  sobre vos y no logras entender como diablos quedo todo esto guardado durante tanto tiempo.
Ya se! Hay que distraerse, si el mundo real reclama tanto protagonismo, hay que darle importancia. Voy a focalizarme en la realidad, en el mundo idiota: veamos... Tarea: ¿qué era eso para el mundo real?... Lengua, matemática. Problemas: Mmmm hagamos memoria, los problemas del mundo real eran... celulares, .... ¡Esto no tiene ningún sentido!, la realidad no me sienta bien. Cuando va a entender la gente que no hay una sola realidad a la que todos tenemos que obedecer si no muchas. Cada uno tiene la propia y yo vivo en la mía. A veces pienso lo genial que estaría si me dejaran vivir, si me dejaran reír todo lo que quiero, cantar en el medio de la calle, llamar a mis amigos a las 4 de la mañana sin ningún disgusto, agarrar un hacha enorme y romper la  maldita estructura, regalar felicidad y que el otro la acepte. ¡Reír gente reír! Nadie tiene el derecho de decirnos que pensar, nadie puede controlar nuestra cabeza y es porque NO ESTÁN EN ELLA.

Tal vez la vida no este tan mal, nada mal.

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