Era una tarde de verano y la niña del vestido azul se balanceaba con gracias en la hamaca del jardín. Sorda de su propia risa miraba al cielo cada vez que la hamaca se balanceaba hacia atrás y luego sus pies descalzos cada vez que se balanceaba hacia adelante. Las nubes y sus pies. Embriagada de la paz que la rodeaba se tiro al pasto con una hoja y una caja llena de lápices de colores. En su casa ella era famosa por sus dibujos con tantos colores, dibujaba un montón de hojas, eran tantos los dibujos que decidió hacer de su casa un museo y colgarlos por todas las paredes Pero llego un momento en el que no alcanzaban las paredes y ella seguía dibujando. Aquella tarde el pasto estaba mas acolchonado de lo normal por lo que desparramo sus lápices en el verde del paisaje y decidió pintar su mano, quiso conocerse un poco mas. Apoyo su mano en la hoja blanca y cuando estaba por calcarla una mariposa verde y azul se poso sobre su mano. Los ojos de la niña quedaron absortos de la emoción, tanto fue si asombro que comenzó a dibujar a la mariposa pues sabia bien que no se quedaría mucho tiempo ahí. Agarro sus lapices y la dibujo a la perfección, las alas, los ojos, las patas y las antenas. Ya casi había terminado cuando se percato que en las alas la mariposa tenia números, sus alas estaban llenas de números, como un enigma. Aquel verde eran millones de 16 y 6 en miniatura.El azul que se distinguía con claridad era de un 22 gigante y su cuerpo era blanco poblado por números 11. Se quedó observándola y en cierto punto tenían algo en común, ambos eran libres, aunque la mariposa podía volar... Entonces la niña pensó para sus adentros "¿sabrá la mariposa que puede volar?". El jardín, dibujos, y mariposas...
En ese preciso momento el mundo pareció detenerse, pues la niña asombrada por los hermoso colores de la mariposa se quedo mirándola quien sabe por cuanto tiempo. Entonces la mariposa voló y la niña la vio irse con sus hermosas alas llenas de números, al principio sintió tristeza, pero luego recordó el dibujo que ella tendría por siempre. Y entendió como al tratar de dibujar su mano, entendió más el mundo.
Así fue como una tarde en aquel jardín una mariposa movió un viento fuerte y dibujo el corazón de la niña por siempre.
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