Soy lo inexacto, la suma de lo incontable, exactamente el infinito, la clara imagen de lo que nadie nunca vio.
Creo que para conocer a alguien simplemente hay que cerrar los ojos, porque nada es lo que aparenta ser. Todo el tiempo de nuestras vidas nos limitamos a ver solo una pequeña parte de lo que realmente sucede, solo vemos lo visible porque estúpidamente racionales vemos con los ojos olvidando lo que queríamos ver. Muy por arriba oímos lo que nos dicen pero olvidamos lo que queríamos escuchar. Estúpidamente racional: La mente. Maldita mente que jamás se apaga y nunca deja de decirnos que es lo que es y lo que no es, que es lo que vemos y lo que no vemos, que es lo que oímos y lo que no oímos, que es lo que sentimos y lo que no sentimos... Estúpidamente racional. Hace la prueba, cerra los ojos y mirá, quedate sordo y escuchá, sentí, deducí el tono de vos, enamorarte de la infinita expresión que nos regalan los ojos. Gozá del infinito campo de la expresión, de las palabras mudas y de las conversaciones corporales. Solo por un día apaguemos lo racional para darnos cuenta todo lo que nos estamos perdiendo, todo lo que no percibimos por el solo hecho de que la mente no nos deja. Apaguemos lo racional, y seamos mas felices, regalemos sonrisas.
lunes, 23 de abril de 2012
domingo, 22 de abril de 2012
Solo se trata de vivir
La vida es un viaje en tren, con estaciones infinitas. Un viaje sin circuito, un viaje con un recorrido que nunca termina. Solo se trata de vivir cada estación y aprender de ellas, de gozar la incógnita del destino hacia donde nos dirigimos, ya que no tenemos un rumbo fijo y eso es lo hermoso. Gozar el no saber, el no saber la próxima estación y solo limitarse a sentarse en el vagón y contemplar la vista. Bajar en cada estación y aprender, cruzarse gente y aprender de ellas, escuchar lo que cada cuidad, barrio, calle, vereda tiene para decirnos, conocer a fondo, o no, cada ciudad en el que el tren va parando y nunca, pero nunca perderlo. ¡Pero no desesperen!. Sepan que en el tren e la vida no hay estaciones equivocadas, pues todas forman parte del viaje, de lo que somos y seremos. Entender que en cada ciudad hay gente nueva y diferente, y que en el tren se sube y se baja gente continuamente y por eso no hay que aferrarnos. Solo se trata de viajar, y de no sufrir, no sufrir por el amor que se baja en la ciudad que no es la nuestra. Hay gente con la que compartimos el viaje y nunca olvidamos, gente con la que compartimos enseñanza y que sin darnos cuenta estamos simplemente riendo sin parar escuchando música con ese alguien que nos hace felices. Es cuestión de respetar el tiempo y sonreír día a día por el no saber. Es solo cuestión de no entender lo inentendible y no buscarle explicación y gozar de ello, gozar del encuentro, del desencuentro, de los herreros, del aprendizaje. Gozar de la vida, pues solo tenemos una. Gozar el viaje señores, gozar. No hay preocupaciones, todo pasa por algo, si, TODO pasa por algo que más tarde nos daremos cuenta del porqué. Y saber que si nos demoramos en subir al tren otra vez porque nos estamos demorando con amores en alguna ciudad, saber que el tren siempre va a estar ahí para nosotros esperándonos. Viajar, bajar, hospedarse, desempacar, pensar, sentir, confiar, amar, sufrir, y armar la valija para seguir el viaje. No olvides, supera, no te confundas, simplemente no lo lo entiendas. La vida es un viaje de ida.
jueves, 12 de abril de 2012
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